La Ciudad y sus Librerías. Disipaciones que descaminan de Alzheimer el plano de nuestros pasos

Hoy hallé estas dos imágenes de la Papelería y Librería Denis, situada en la zona centro de Malaga. Estoy seguro que ellas complacerán a mis amigos Antonio Checa Gómez de la Cruz y Mará Jesús Molina Caballero. Las traigo aquí porque fui cliente de Denis desde mi llegada a la ciudad el año 1980. No muchos después hubo de cerrar.
Recuerdo que en la segunda planta había un espacio en el que bajaba la altura del techo y era allí, no sin previa autorización, que podía consultarse casi la totalidad del fondo editorial de la bonaerense Losada. Fue esto para mi un lujo y adquirí traducciones de Faulkner en títulos como Mientras agonizo o ¡Absalón, Absalón! Recuerdo perfectamente el día de la compra de éste, a pocos del cierre definitivo. Estaba expuesto en aquella zona de cielo bajo, cuyo limitado acceso lo era aún más, delimitado por una cinta colocada a modo de advertencia de posible accidente por desprendimiento del techo. Sí, una metáfora; se venía abajo el cielo protector que Denis había sido para muchos lectores malagueños. Y Denis desapareció, en el crepúsculo empresarial de alguna tarde que no vería en el mañana otro amanecer.
Leí ‘Absalón, Absalón!’, un relato -cuatro en realidad- formado en ausencia de hechos, o mejor dicho, una historia carente de información del evento, porque los narradores no disponen de ella. Al terminar de leer reflexioné sobre esa estructura. Es posible en esas circunstancias ser objetivos al contar sobre algo que sucedió, o no y, de haber sucedido, cómo? Es decisiva la objetividad del narrador, de la narración? Llamamos objetivo a lo que depende de la disponibilidad de datos fácticos?
Estas y otras interrogantes han acompañado a mi investigación en el campo de la narratologia y de lo que desde hace más de tres décadas comencé a llamar y desenvolver como «narrativismo jurídico’.
Pero la historia que ahora escribo sí tiene datos, y al montar aquí su relato -o al menos uno de los posibles- la Papelería y Librería Denis ha sido, en gran parte -la mejor parte- ocasión para narrarla.

 J. C. G.

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