Javier Cercas
El impostor
Barcelona:Literatura Random House, 2014, 420 pp.
ISBN: 9788439729723
Un historiador no es un juez; pero la forma de operar de un juez se parece a la de un
historiador: como el juez, el historiador busca la verdad; como el juez, el
historiador estudia documentos, verifica pruebas, relaciona hechos, interroga a
testigos; como el juez, el historiador emite un veredicto. Este veredicto no es
definitivo: puede ser recurrido, revisado, refutado; pero es un veredicto. Lo
emite el juez, o el historiador, no el testigo. Éste no siempre tiene razón; la
razón del testigo es su memoria, y la memoria es frágil y, a menudo,
interesada: no siempre se recuerda bien; no siempre se acierta a separar el
recuerdo de la invención; no siempre se recuerda lo que ocurrió, sino lo que ya
otras veces recordamos que ocurrió, o lo que otros testigos han dicho que
ocurrió, o simplemente lo que nos conviene recordar que ocurrió. De esto, desde
luego, el testigo no tiene la culpa (o no siempre): al fin y al cabo, él sólo
responde ante sus recuerdos; el historiador, en cambio, responde ante la
verdad. Y, como responde ante la verdad, no puede aceptar el chantaje del
testigo; llegado el caso, debe tener el coraje de negarle la razón. En tiempo
de memoria, la historia para los historiadores. (pp. 295-296).
XXX
También como EL CHANTAJE DEL TESTIGO, Javier
Cercas.
EL PAIS SEMANAL el 26 de diciembre del 2010.
Javier Cercas (1962-)