Esta tarde no podré estar. Hubiera querido, pero no podré. Estarán amigos; Francisco Ruiz Noguera, estará Felipe R. Navarro, y más estarán.
De haber podido estar, y si yo leyera, leería poemas visuales, para no cubrir la voz de los rapsodas. Rafael me regaló uno, una vez. Otro lo compré, en vez otra. Éste es un poema-libro, de muchas páginas, todas por escribir, que tituló Inédito. Aquél, una hoja poética, en un solo folio, tampoco escrito; es todo plateado, y está doblado por mitad, y al abrirlo caen peces, dibujados y recortados por él mismo, y se llama Mar. Sí, el mismo Mar.
Pero, aunque esta tarde no podre asistir, puedo aquí darles a leer silenciosamente. Leo –leamos juntos, quedos, para abrigarlos, para arroparlos con voz baja– dos de sus ‘Conceptos para una poética’, incluidos en Elecciones personales: una antología de urgencia (Málaga: Miguel Gómez Ediciones, 1996 p. 7).
De allí elegiría yo estos dos:
Dice uno:
Era de noche y me encontré al poeta: estaba tiritando de inédito.
Le pregunté, y me dijo: Me paea mucho la realidad para no ser poeta.
Y el otro:
Sólo sé que, si abro el poema, deberá sangrar.
Aquí te dejo, Rafael, muchas memorias
J.C.G