Estoy en carretera desde temprano. Le llevan a conocer la ciudad de León, llena de recuerdos coloniales, sede histórica de la primera Universidad del país (todavía como parte de Guatemala), infancia de Rubén Darío. Es de las pocas poblaciones importantes que aún no había visitado, y rivaliza secularmente con Granada. León se encuentra a poco más de una hora, viajando con buena velocidad, de Managua. En el trafico circulan grandes transportes, pero es fluido. He salido de la capital y dejo atrás Ciudad Sandino, uno de los municipios del Departamento capitalino, de los que se puede decir que son peligrosos. Nicaragua en general es tranquila, con riesgos limitados.
Antes de alcanzar Nagarote y adentrarme más en el Departamento leonés me detengo en un antepecho del Lago Managua para contemplar en él dos islas volcánicas: Momotombo y Momotombito. La masa de agua es inconmensurable; y también muy contaminada desde las decisiones «industriales» del dictador Anastasio Somoza Debayle (1925-1980). Los gobiernos posteriores hasta, sobre todo, el actual ejecutivo se esfuerzan en proyectos para su depuración. Me cautiva la hermosa cotidianeidad del diminutivo en la menor de las islas, Momotombito. En Nicaragua todos los volcanes se hallan latentes. Lejano, en Telica, perteneciente al mismo Departamento en que ahora me encuentro, el volcán del mismo nombre, exhibe en estos días el «eructo» ceniciento y sufúreo de su digestión mineral.
Y otro alto en el camino, algunos kilómetros más arriba. Desde la cuneta un vendedor de «garrobos» ofrece su mercancía. El garrobo (Ctenosaura similis), es un reptil similar a la iguana, aunque de color más gris o negro, menos vistosa que aquélla y también de talla más pequeña. La piel rayada y su carne blanca. Se cocina en caldos y fritos, y posee virtudes medicinales, vigorizantes. Lo toman niños y ancianos enfermos, y otros muchos. Es sabroso me asegura. Lo probaré en otra oportunidad, como ya hice en un viaje anterior con el armadillo y la bóa. Tengo un paladar y estómago cosmopolita.
Me invita a elegir un ejemplar; declino. Me ruega algunas monedas; las entrego.
Continúo hacia León.