Der Geist der Kultur. Betrachtungen eines umpolitischen, de Thomas Mann

Thomas Mann,
Consideraciones de un apolítico
Trad. de León Mamés
Presentación de Fernando Bayón
Epílogo de Georg Lukács
Eds. Capitán Swing, Madrid, 2011, 564 pp.
ISBN 13: 9788493832766

De la presentación editorial

Las Consideraciones son el diario de Mann durante la Primera Guerra Mundial. Por primera vez, el escritor se compromete en el debate ideológico, exaltando los valores que creía amenazados. Defiende aquí una «cierta idea de Alemania», critica los tópicos virtuosos de la propaganda de los Aliados, paladines de la democracia, y afirma que existe una oposición irreductible entre la cultura y la «civilización» de sus adversarios. La cultura se ocupa del alma, es propia de un país y se dirige al individuo. La civilización, preocupada por el progreso técnico y material, es internacional y sólo se interesa por las masas. Nos conduce directamente al reino del termitero.

Este panfleto antidemocrático se transforma a veces en una defensa muy discutible del nacionalismo alemán, pero contiene también un elogio de la ironía y páginas impresionantes sobre filósofos como Schopenhauer y Nietzsche, músicos como Wagner y Bizet, escritores como Tolstói, Dostoyevski, Flaubert, etc. En definitiva, un libro que se presta a la discusión y a la crítica, un documento capital sobre una crisis de civilización.

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Varias cuestiones a destacar.

A) El acierto en la recuperación de un texto con traducción publicada en 1978 [Ed. Grijalbo (Col. Nuevo norte; 25), Barcelona-Buenos Aires-México, D. F.; 1978, 600 pp.], inencontrable desde hace décadas.

B) La grotesca cubierta, con un montaje fotografico burdo y sin calidad.

C) La extraña propaganda editorial que, contra el más elemental marketing comercial, habla de “panfleto antidemocrático”. Realmente incomprensible. A contrario sensu me recuerda en cuestiones del volumen de lo impreso algo que oí en una emisión radiofónica durante uno de los discursos de Fidel Castro; el locutor narraba el ambiente señalando cómo los “pioneros” cubanos se acercaban provistos del “mamotreto” del Manifiesto Comunista. Estas Consideraciones en modo alguno son un simple folleto y menos aún un mero libelo.
D) Las Consideraciones representan el malestar de la Kultur, expresadas con muy poca fortuna en los términos políticos referidos a la Democracia. Producto de una época de decepción y crisis espiritual las meditaciones acerca de la Democracia están deliberadas ciertamente de un modo insuficiente. Es el individualismo frente a la colectivización y la masa. Pero Mann no es Herder, ni Schmitt tampoco.
E) Sin alusión alguna a los Diarios 1918 – 1936 de Mann se induce el error en los lectores, se les confunde. Die Betrachtungen eines Unpolitischen (1915-1918), publicada el año 1919, son también un ejercicio de honestidad intelectual. Raro ejemplo en el gremio.
F) Consideraciones es asimismo expresión del conflicto y tensión personal, intelectual y moral con la francolifia de Heinrich Mann y la novelista de éste –en especial Los Buddenbrook- claramente deudora del modelo de crítica social de Balzac, Flaubert y Zola. Thomas elige la modernidad de Nietzsche, y a Schopenhauer y a Wagner. Éticamente inaceptable la lapidación verbal de su hermano Heinrich, pero de indiscutible valor literario y parte inescindible de su estilo.
G) Consideraciones proclama la esperanza alemana en la Cultura. Cuando Mann polariza entre la “civilización” francesa y la “cultura” alemana, los pares de preferibilidad son, en realidad, éstos: alma y sociedad, libertad y derecho de voto, arte y literatura. La Cultura es alma, libertad, arte. Se trata, a la postre de una compleja y a menudo contradictoria (crisis) auto-reflexión llena de radical espiritualidad destinada a denunciar la dominación intelectual de Alemania por Francia. El mensaje de Consideraciones no es “político” (de ahí la precisión de “apolíticas”) en el sentido de una declaración de proselitismo activista, sino deliberación ideológica interior. Mann es aquí, seguramente, el último representante alemán del individualismo romántico.
H) El proyecto de germanizar la democracia respondía en Thomas Mann al impulso de valores espirituales irrenunciables mediante los que combatir el utilitarismo y el economicismo. Mann es aquí seguidor de Tolstói, y en menor medida, pero también, de Dostoyevski.
I) Thomas Mann terminó por reconciliarse con su hermano. En octubre de 1922, durante un memorable un discurso en el Beethoven Hall de Berlín declaró su adhesión a la nueva República alemana; la República de Weimar. De ningun modo las Consideraciones son un preámbulo a la pesadilla de las ilusiones totalitarias de Hitler.

Thomas Mann (1875-1955)

Entre mis recomendaciones bibliográficas, éstas:
– Thomas Mann, Consideraciones de un apolítico, trad. de León Mames, Grijalbo, Barcelona, 1978. -Thomas Mann, Diarios 1918 – 1936, Plaza y Janes, Barcelona, 1986.
– Georg Lukács, Thomas Mann, trad. de Jacobo Muñoz, Ediciones Grijalbo, Barcelona, 1969.
– Erwin Koppen, Thomas Mann y Don Quijote. Ensayos de literatura comparada, Gedisa, Barcelona, 1990.
Asimismo Louis Dumont, “Individualismo “apolitico”: De la “Kultur” en las consideraciones de Thomas Mann“, trad. de Josh Carlos Fajardo, en Cuaderno Gris. Época II, 5 (1992), pp. 22-35. Disponible em
http://digitooluam.greendata.es/R/H4UYKPQ1P4YVTP8AX4HCBVCBKK299RKFCXK81H56YCTXDGHGU201357?func=dbinjumpfull&object_id=22419&local_base=GEN01&pds_handle=GUEST

J.C.G.

2 comments

Editorial Capitán Swing Libros julio 15, 2011 Responder

Hola, soy Dani de Capitán Swing. Agradecerte que hayas reseñado el estupendo libro de Thomas Mann que he mos publicado este año. La traducción de León no era del todo satisfactoria, aunque se ha podido salvar con una notable revisión de la última edición en alemám. Como supondrás, si hemos publicado este libro es por que nos parece importante. No entiendo del todo por que juzgas una frase de una contraportada o una imagen de cubierta para intentar "desprestigiar", o al menos poner en duda nuestras intenciones a la hora de rescatar este libro. Hubiera sido mas oportuno hablar de los dos textos que acompañan al libro y sirven de alguna manera de exégesis para intentar argumentar, ya que en ellos si se da la debida cuenta de los diarios que mencionas. Tampoco acabo de entender por que al final, en tus recomendaciones bibliográficas aludes a la anterior edición de 1978 cuando como bien dices esta extinta. Reciba un cordial saludo!

José Calvo González julio 17, 2011 Responder

Apreciado amigo, debo agradecerle muy sinceramente su interés en este blog y la franqueza con que se expresa acerca de esta entrada en particular. A todo ello quisiera señalarle, ya sólo incidentalmente, algunas cuestiones. Mi primera consideración es sobre la intención de “desprestigiar” (la escribo, como Vd., entre comillas); pues, por favor, no juzgue mis intenciones, y si las califica al menos no entrecomille la conceptualizaciñon. Mi criterio en torno al desafortunado diseño de portada no está dirigido de modo determinado a Capitán Swing. Me he ocupado de cubiertas editoriales en otras ocasiones (así, por ejemplo, en iurisdictio-lexmalacitana.blogspot.com/2010/11/abordaje-en-cubierta-parientes-muy.html , o iurisdictio-lexmalacitana.blogspot.com/2011/02/los-libros-y-el-fuego-variaciones-sobre_19.html ). En cualquier objeto de consumo, y el libro -para bien o mal- lo es también, creo fundamental su presentación. En el libro, como muy bien Vd. conoce, la cubierta es un elemento de capatación, o siquiera de sugestión, del lector potencial. Me reitero en mi parecer, fue desafortunado; creo que al hacerlo tengo derecho –en realidad todo y perfecto derecho– como lector a evaluar la calidad del producto, que he adquirido además. Mi apreciación estética y ética es libre en su modo de expresión y, pienso, bastante respetuosa, junto a muy alejada del supuesto animo de “desacreditar” (o desacreditar) que me imputa. En cuanto a la frase de la contracubierta, le diré igualmente que me reiterio en mi sorpresa, y que me sigue resultando disuasoria para la inmensa mayoría de lectores que no conozcan la relevancia intelectual del autor; pero, allá Vds. y su política comercial. También en ésto soy liberal y hasta libérrimo. Pero la locución de “panfleto antidemocrático” es objetivamente falsa, aparte de “panfletaria”. Por último, si he concedido espacio a su edición creo que debe presumir mi interés por sus colecciones y en concreto por la obra publicada. He señalado el acierto de su recuperación. No se me escapan algunas mejoras –muy pertinentes en varios casos- de la traducción que ahora se ofrece. Si mi elogio le parece tímido; es mi carácter, disculpe. Pero interprete con bonhomía la recomendación bibliográfica que planteo en la adición bibliográfica, pues permitirá comparar oportunamente. Y no es sino una simplificación de la realidad creer que una edición inencontrable, la de 1978, esté verdaderamente y de todo punto extinta. Tal vez comercialmente y en número suficiente de ejemplares; no a través de otros canales (bibliotecas, por ejemplo), que siguen disponibles para investigadores. Y de nuevo agradecerle sinceramente la atención que dedicó a esta entrada. J.C.G.

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